jueves, 28 de mayo de 2009

Monotonia de Tiempo

Envuelto en un pasado irrefutablemente incierto, creyendo verdades y rumores dichas al ocaso de cada día por bocas desconocidas, pensamientos vagos abarcan mi mente, me agobia la ironía del tiempo, y aquellos rostros que dicen ser personas, pero que no conozco, que no recuerdo, que despiden aromas desconocidos en un lúgubre presente que se desfasa en la oscuridad de la noche, mezclándose con una caricia de un pasado ya olvidado, ya perdido, nunca recordado.
El aire helado del sur invade mis pulmones, como dos gigantescas grietas en medio del ártico, y siento la nostalgia de algún lugar que me llama, que me recuerda, que me acaricia, pero yace inalcanzable en lo más profundo de mi ser, y mis sentidos intentan agudizarse como los de un animal salvaje, intentando develar aquellas circunstancias, intentando indagar dentro de mi corazón, intentando saber hacia dónde debo partir.
Pero es en vano, los inescrupulosos recuerdos yacen dormidos, yacen en lo profundo del océano, yacen sobre arenas blancas, y mi cuerpo y mi mente están a la deriva, flotando en medio del mar mas inmenso jamás visto, y tan solo por un momento la suavidad de las estrellas roza mi piel y me hace sentir que realmente no estoy tan lejos, por un instante mi cuerpo se suspende en un paraíso de brisas arrolladoras y soy envuelto por un calor aterciopelado.
Pero vuelvo la vista, y no veo mas que desolación, un desierto gigante me invade, y me doy cuenta de que muchas cosas quizá el tiempo deja atrás por algún motivo, y que por algún motivo las incertidumbres de un pasado obscuro y plomizo quedan imprecisas en el tiempo.


Autor: Martín G. Villata

1 comentario:

El Roedor dijo...

Apocalíptico y poético.
Me gusta.

saludos!