viernes, 22 de mayo de 2009

El lugubre pensamiento


Incinerándose en lo mas profundo de tu alma, yace la lumbre que dejas, como rastros claroscuros desvaneciéndose en un aire tan puro como las mismísimas aguas del lago mas cristalino jamás visto.
Erráticamente queriendo recordar un pasado perdido, queriendo recuperar ese todo que ahora consideras muerto, con un escalofriante pensamiento, sabes que el fuego te consume por dentro, se consume tu vida y tu tiempo, como aquellas hojas de fresno que veías caer en las invernales noches de un pasado quizá mas alegre, quizá mas vivo, quizá mas importante, y tu, pretendes reemplazar las vivaces sonrisas y los arrolladores murmullos por aquel que te consume desde adentro, como una droga invulnerable y sin fin, eres como aquel que se arrastra sabiendo que sus piernas no le fallaran, como el necio que se tapa los oídos para no poder escuchar, pero en la lúgubre noche de la soledad mas absoluta piensas en la compañía de aquel que con sus flamas de ocio y pensamientos perdidos puedes tener, sintiendo que tus sentidos se pierden en infinitas divisiones que no puedes contar, ni ver, así como si trataras de contar estrellas.
Negando las verdades que tu mismo afirmas, creyendo las mentiras que tu mismo desmientes, y así ves, como en un recóndito lugar, tan pequeño como un mismísimo átomo, la esperanza aflora y grita tan fuerte como el mismo rugido del océano, como el haz de luz en la caverna mas obscura en las profundidades del submundo, sin emoción, sin placer, sin sensación, solo la espera te queda y los recuerdos de un milagroso lugar y tiempo del que nunca debiste abandonar.


Autor: Martín G. Villata

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